El Impuesto sobre el Patrimonio, ha quedado eliminado del sistema fiscal español, con carácter retroactivo desde el pasado 1 de enero.
Con ello, la declaración que los contribuyentes harán en las próximas semanas, como liquidación del Impuesto correspondiente a 2007, será la última.
Hace ya tiempo que el Impuesto de Patrimonio se había convertido en un catálogo de injusticias y, lejos de suponer una carga para las grandes fortunas, como parece anunciar su nombre, se había convertido en una de las clases medias.
Las grandes fortunas, parapetadas detrás de sociedades instrumentales, apenas si sufren la carga de este Impuesto, mientras que contribuyentes que han adquirido una vivienda en los últimos años y han acumulado algunos ahorros en inversiones bursátiles, sufrían la mayor parte de la presión fiscal de esta figura.
Entre los países del entorno, tan sólo Francia mantiene una figura impositiva similar.