La Ley General Tributaria fue publicada en el BOE de 18 de diciembre de 2003, y, a efectos de reforzar y asegurar la implantación de los procedimientos y el desarrollo reglamentario, se establece su entrada en vigor con fecha de 1 de julio de 2004.
La Ley es la parte más importante del ordenamiento tributario, ya que regula las relaciones entre la Administración Tributaria y los contribuyentes.
Los objetivos fundamentales de la Ley General Tributaria son los siguientes:
- Reducir el alto grado de litigiosidad en materia tributaria
- Aumentar el control tributario
- Mejorar en el cobro de las deudas y luchar contra el fraude
- Reforzar las garantías de los contribuyentes y la seguridad jurídica
- Unificar los criterios en la actuación administrativa
- Potenciar el uso de las nuevas tecnologías en los procedimientos